Hay muchas veces que pienso... pienso en alguien que venga y me salve, me salve de mí mismo.
Sólo eso.
Que venga y me rescate de mí mismo... y de los pensamientos para nada buenos que tengo para la vida que me toca, de los estados de ánimo deplorables que suelo tener, de mis arranques de ira, de mis locuras, de mis dependencias a cosas mundanas e intransigentes, de muchas cosas...
Parece mucho y poco, la vez... a saber cuál será.
Hay veces que lo deseo tanto y tanto, pero...
¿Seré capaz, seré capaz de poder despegarme así como así de las cosas a las que estoy atado desde que nací?
¿Tendré el suficiente poder como para desencadenarme de lo que me ata a éste mundo desde el día que nací?
No lo sé, el Humano es capaz de tantas y tantas cosas, pero en lo que a mí respecta... no estoy seguro al 100%.
Tal vez, en algún punto flaqueé sin darme cuenta, me distraje, fui débil... y me pasaron por encima, a tal punto de que soy casi totalmente dependiente de muchas cosas.
Ya no sé qué pensar...
Y, si llega a aparecer esa persona, espero que sea fuerte el impacto...
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