Hay muchas veces que, en la vida, creemos que queremos algo sólo para complacer a alguien más, sin ver el camino que estamos tomando y sin ver los errores que estamos cometiendo.
Y no es exactamente lo que de verdad deseamos, sino lo que creemos que deseamos y todo por un posible maldito golpe que nos tocó sufrir.
Perdemos nuestro sendero y andamos errantes, a la deriva; nos rebajamos... pero con la mirada siempre puesta en el objetivo.
Hay una frase que me gusta mucho, que la oí en una serie animada (Una de las mejores de los últimos tiempos) llamada Avatar: la leyenda de Aang, dicha por un anciano y que dice:
"Es hora de que mires en tu interior
Y empieces a hacerte éstas dos grandes preguntas:
Quién eres y qué es lo que quieres..."
Golpe y sacudón directo a la conciencia, para tenerlo bien presente...
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