¿Alguna vez te preguntaste algo así como...?:
"¿Qué quiere la gente de mí...?"
O...
"¿Qué espera la gente de mí...?"
O...
"¿Por qué la gente me persigue a mí...?"
O...
"¿Por qué la gente anda sobre mí...?"
Y muchas tantas preguntas más...
Sí, es verdad, como está el mundo y para como va, es imposible saberlo...
Y te hacés la cabeza, más y más...
Hasta que, en un punto, creés que te hacés dependiente de la opinión de los demás...
Y, en un punto, jugás a todo por descubrirlo: qué carajo piensa la gente de vos..
Y, en un punto, escuchás de la gente lo que no te gusta, lo que no esperabas...
Y, en un punto, te sentís traicionado/a con vos mismo/a...
Y, en un punto, creés que la toda la culpa es de la otra persona, porque la creés un sorete, por ser ciega y no ver lo que la gente que te quiere ve todos los días...
Y te enojás y encabronás y te fastidiás...
Y mandás todo a la puta madre que lo re-mil mal parió (O, no sé, cualquier otra puetada que se te ocurra)...
Y te sentís mejor, sacándote la porquería que tenías dentro y que querías largar, te sentís más liberado/a...
Es increíble, ¿no?: qué tan rápido se repone uno consigo mismo, después de haberse sacado la mierda de adentro, justo antes de sentirse para el lado del culo, antes de que alguien lo haya denigrado (O eso crea que fue)...
Es la magia, la magia de sentirse mejor, sacándose la mierda de adentro...
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