jueves, 21 de abril de 2011

Ojo por ojo (Parte I)

Apuesto que, alguna vez en tu vida, te han hecho alguna maldad.

Sí, suena feo.

Justo a vos.

Pero quisiste hacer lo mismo o algo peor para no quedarte con el mal momento.

Así que sólo lo hiciste.

Tus padres te habrán castigado, o no.

Pero nada superó en la satisfacción que tuviste al hacer ese acto de justicia/venganza.

La "Venganza", según el diccionario online de la Real Academia Española, es una "Satisfacción que se toma del agravio o daño recibidos.".

Y es justamente eso, una inigualable satisfacción de un segundo, de algo no tan bueno que le hizo a un primero, justo después de que éste primero hubiera hecho algo malo al segundo.

Pero... ¿Se puede expresar ese sentimiento de satisfacción?

Yo creo que no, uno/a mismo se lo guarda para sí mismo/a y listo.

¿Y qué hay de la justicia?

Es, según el mismo diccionario mencionado anteriormente, "Virtud cardinal, que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece.".

Pero no siempre es la justicia que uno espera, no.

¿Y por qué no?

Fácil, por lo que usa: los anteojos negro oscuros, un bastón color blanco y un can que le sirve de guía (Sin olvidar el Libro de Leyes, bajo el brazo, escrito en sistema Braille).

Bueno, voy a ser más directo: la Justicia es ciega.

Pero, como dije antes, sólo somos seres humanos.

Somos así de retorcidos (Y digo retorcidos porque es una de las pocas palabras que nos generaliza tan bien).

1 comentario:

Silent dijo...

En México, es tan ciega que hay veces que se pierde en el camino...