jueves, 11 de abril de 2013

Mirás..


  •  Mirás para arriba y... ves, sonriente, las miles de millones de estrellas en el cielo, despejado, preguntándote si alguna brilla especialmente para vos, al mismo tiempo que una suave brisa golpea tu rostro y tu cuerpo y te sentís con total ligereza, como si levitaras. Te sentís con una relajación como nunca antes sentiste, te autoconsiderás la persona más a fortunada dek mundo, pues... ¿qué mejor que tener las cosas que tenés y a las personas que tenés y disfrutar de ellas? 

Pero alguien te dice que de sueños no se vive, que pongas los pies en la tierra, que seas a lo que sea que sea tu predestino... y te dice que bajes la mirada.

  • Mirás para abajo y... te llevás todo por delante, no podés ver lo que tenés en frente, pero estás en total comodidad con tus pensamientos, con tu mente; pues tenés una postura, la postura de que primero estás vos y lo que más querés. Ya no te importan tus sueños, pues el hecho de tener los pies en la tierra te hacen una persona sencilla y humilde, admirada. Lo tenés todo, te sentís muy bien personalmente. 

Pero alguien te dice que estás demasiado apuntando bajo, que tenés que aspirar a más cosas, que sobresalgas, que te superes, que vayas por todo... y te dice que subas la mirada.

  • Mirás hacia el frente y... ves las caras de las rutinarias personas, vacías de un sentido de fiabilidad, vacías de vida, pues se acostumbraron a hacer lo que siempre se les decía. Temés convertirte en una de ellas, porque fracasaron y no querés eso por el resto de tu existencia. Hacés lo que sea por intentar escapar de todo eso, pero cada vez se complica más cuando intentás algo para poder sobrevivir, para intentar que nadie te devore. No te sentís como de verdad quisieras, te sentís en frustración. 

Son sensaciones sin iguales, de las que querés vivir en ese estado para siempre o, contrariamente, preferirías tirarte debajo de un camión.

Aún así, creo que no debemos ser puntualmente ninguno de éstos tipos de "miradas"; sino, más bien, debemos ir yendo al azar, pero porque nosotros querramos y no porque alguien más diga en qué situación debemos estar y cómo debemos estar.

No dejes que nada ni nadie te condicione, ni que te limite, ni que te imponga, ni que te obligue...pues vas a perder una de las principales cosas más preciadas que un Ser Humano pueda tener: la Libertad.

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