lunes, 29 de abril de 2013

Crímenes y Criminales de Argentina: Cap. XIV: R. Barreda

(Ver anteriores: Cap. I, Cap. II, Cap. III, Cap. IV, Cap. V, Cap. VI, Cap VII, Cap. VIII, Cap. IX, Cap. X, Cap. XI, Cap. XII, Cap. XIII)

Foto de Ricardo Barreda, asesino de su mujer, su suegra y sus dos hijas, en 1992.


El caso del dentista

"El 15 de noviembre de 1992, un dentista de 55 años, rutinario, que cada tanto iba al cine o al teatro y soñaba con conocer las pirámides de Egipto, inció un camino del que jamás podría volver: mató a escopetazos a su esposa Gladys Margarita MacDonald, a su suegra Elena Arreche y a sus hijas, Adriana y Cecilia.
Todo empezó con una discusión banal.


- Voy a limpiar las telarañas del techo. - Avisó él, aquel domingo, en su casona de La Plata.
- Qué bien. Andá a limpiar, que los trabajos de conchita son lo que mejor hacés. - Le respondió su mujer.
- ¿Sabés qué? El conchita no va a limpiar nada la entrada; el conchita va a atar las parras, porque las puntas andan jorobando. - Dijo Barreda, como si no hubiese escuchado el insulto.

Y, como un autómata, fue hasta el garaje, a buscar una escalera.
Pero algo le llamó la atención: entre una puerta y una biblioteca, había una escopeta Víctor Sarasqueta calibre 16,5 que le había regalado su suegra Elena.
Inusual y peligroso regalo para un yerno.

Barreda no lo dudó: las mató a escopetazos.
Luego, fue al zoológico, porque lo calmaban las jirafas y los elefantes, comió pizza con su amante y le dijo a la Policía que su familia había sido en un asalto.
No le creyeron.

El homicida confesó que las mató porque lo humillaban todo el tiempo.
'Eran ellas o yo', dijo.
Ahora, Barreda está en libertad.

Vive con su novia, en Belgrano, en medio de una extraña popularidad: siete bandas de Rock le dedicaron canciones a su favor y, cada vez que sale, recibe más felicitaciones que insultos.
Para el psiquiatra forense Miguel Maldonado, que fue perito de parte de Barreda, muchos hombres han fantaseado con eliminar a sus suegras o a sus esposas.
'Esa identificación hace que el caso tenga vifencia, aún después de 20 años de cometido el cuádruple crimen.

Lo raro es que sea admirado por algunas mujeres.
Es probable que busquen redimir al asesino.'
¿Hay una redención para el asesino?

¿O es una condena que debe cargar toda su existencia?
Se mata por celos, desamor, odio, venganza, placer o codicia.
Matar es un acto del que no se puede volver.

En el fondo, el que mata a otro, también se mata a sí mismo."


(Fuente: Revista MUY Interesante | Año 04 | Número 08 | Septiembre 2012)


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